La pregunta que sirve de título a este artículo es la que me propuso un amigo chino a las pocas horas de llegar a Barcelona y al explicarle la situación que allí se vive. También propuso la detención de los políticos que, en pos de la independencia, «amenazan la estabilidad del país». Y estas frases vienen muy bien para hablar de la situación que actualmente se vive en China. Ese enorme país está formado por más de cincuenta etnias, la mayoría de las cuales viven en reducidas áreas en la periferia del país. Por su parte, la etnia mayoritaria, la Han, habita principalmente en la parte norte y este del país, aunque debido a grandes migraciones es la mayoritaria en todas las provincias (salvo en Xinjiang y Tibet).
Pero pese a la supuesta homogeneidad de un país en el que hay una clara mayoría étnica han y en el que se habla oficialmente una única lengua, en China existen muchos movimientos tanto regionalistas como independentistas. Los principales son los de Xinjiang y Tibet, aunque cada vez hay más grupos étnicos en el sur del país que quieren recuperar sus costumbres y diferenciarse del resto de habitantes del país. Eso si no tenemos en cuenta Taiwán, en el cual no se puede hablar de movimiento independentista porque, aunque no esté admitido como país independiente por ningún gobierno extranjero, es de facto una entidad independiente de la República Popular de China.
Pero, ¿cómo consigue este país tan vasto mantenerse unido y sorteando los movimientos independentistas en regiones donde el 90 % de la población no se considera habitante chino? Pues siguiendo tres vías principales: la primera es la ocupación tanto militar como política de dichas regiones. Aunque se llamen Regiones Autónomas, los líderes políticos son en su mayoría miembros de la etnia principal, directamente nombrados desde Beijing y tras haber mostrado un claro compromiso con el partido. La segunda es la desinformación. En China es muy difícil poder leer noticias veraces sobre lo que sucede en esas provincias, aparte de que en las redes sociales, estos temas están muy controlados y los ciudadanos sospechosos son vigilados. La tercera es posiblemente la más eficaz y la que han llevado a cabo durante siglos: la continua llegada de ciudadanos de otras provincias pertenecientes a la etnia Han y que, poco a poco, van invirtiendo los porcentajes de población para así tener una mayoría étnica que garantice la estabilidad. Es decir, lo mismo que está sucediendo en el Sahara Occidental con Marruecos o lo que sucedió en España con las repoblaciones desde territorios cristianos de las tierras conquistadas a Al-Andalus.
Tras leer este párrafo se entiende mejor la lógica de la respuesta de mi amigo, al ver que la solución contra los independentismos es muy sencilla: diluirlos entre el resto de ciudadanos y acabar con los líderes independentistas. Para que luego digan que comunistas y fascistas no se parecen en nada.